“Te sacaron un susto”, dijeron al neoleonés, otra plata para Alam González en tenis de mesa

“Ahora si te sacaron un gran susto” dijeron sus acompañantes al jugador neoleonés, Alfonso Sierra, luego de vencer tres sets a uno al competidor hidalguense Francisco Alam González Hernández, quien se adjudicó su segunda medalla de plata en el tenis de mesa de la Paralimpiada Nacional 2012.

Alam González, quien participó por segunda ocasión en una Paralimpiada, con el mismo resultados: dos medallas de plata, ante el mismo rival; ganó el primer punto y el primer set, comenzó con tal determinación que su oponente guardó silencio, a diferencia de sus juegos previos.

Tras la primera charla durante el juego con su entrenador, el jugador de Nuevo León volvió a su táctica del año anterior, gritaba en cada ocasión, gesticulaba exageradamente, en cada pausa fijaba la mirada en su oponente, buscaba parecer intimidante y su rostro enrojecido por el calor y el esfuerzo le ayudaban a parecerlo.

Su actitud hacia recordar al famoso portero alemán Oliver Kahn, sin embargo no logró su objetivo, la derrota del hidalguense fue por otras razones, según dijo el propio Francisco Alam al finalizar el encuentro “no, realmente no, esa fue su estrategia el año pasado y yo ya venía preparado para todos los gritos y concentrado en la bola, simplemente me faltó concentración y no hay más que seguir trabajando”.

Mientras en otros escenarios, jaliscienses, campechanos, mexiquenses y de otras entidades se batían en duros encuentros de futbol y en la cancha uno la escuadra local de Guanajuato le daba una “paliza” en baloncesto al combinado de Quintana Roo, en la cancha tres sólo se escuchaban los gritos de Alfonso Sierra y los aplausos de una y otra porra ante los aciertos de su jugador.

Jugadores de diferentes estados apoyaban al hidalguense, un tanto porque Sierra los ha vencido algunas ocasiones y otro sólo por la simpatía que provoca Francisco Alam, incluso entre los acompañantes de su oponente, quienes lo llamaban amistosamente “buen Paco”.

Al término del encuentro, mientras el ganador no podía quitar su gesto de un esfuerzo mayúsculo y seguramente de sentir que realmente estuvo en peligro de caer; el hidalguense fue pronto hacia su familia y grito “¿todavía hay alguien que me quiera invitar a comer?”.

Pronto lo abrazaban sus abuelos, su mamá, sus pequeños primos y su novia, que dejó claro su reconocimiento al colocar sus manos en las mejillas del deportista y dejar juntos sus labios durante algunos segundos.

La mesa tres quedó libre para la siguiente final, las otras cuatro en la cancha no podían ocuparse como en las eliminatorias en que todas se utilizaban. Con la satisfacción de la labor cumplida se levantó de la silla de apuntador, Víctor Eduardo Reyes Turcio, quien alguna vez vistió la camiseta de Hidalgo, pero que ahora compite y ganó bronce para el Estado de México, donde consiguió beca y entrenamiento que no pudo tener cuando habitaba en Pachuca.

Sin duda hay diferencias que se marcan, que a final de cuentas se notan en el medallero, los representantes de Nuevo León, por ejemplo, que arrasaron en diferentes disciplinas, entre ellas el tenis de mesa, tienen varios entrenadores por disciplina, patrocinios de una marca propia de una cadena comercial y de un fabricante de línea blanca, lo que permite a otros, como los hidalguenses, ocupar lugares en el podio, es el coraje y el pundonor que cada quien pone en sus pruebas.

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