Sonia Ocampo se convirtió en una mujer que ganó simpatías por su abierto activismo y lucha en contra de los viejos cacicazgos que durante más de 20 años ejercieron los hermanos Ángeles al frente de la sección 20 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Secretaría de Salud, pero hoy esa unión que consiguió la tiene en su contra producto de una gestión plagada de abusos, irregularidades, corrupción y aprovechamiento económico que genera reproches por su enriquecimiento poco explicable.
Química de formación y durante muchos años trabajadora modesta del área de laboratorios en el Hospital General, hoy junto a su familia presume de los beneficios que le ha permitido el manejo de las cuotas sindicales y apoyos obtenidos de la Secretaría de Salud a lo largo de más de 9 años, situación que ya no es bien vista por quienes alguna vez la apoyaron.
La lideresa, acumuló en este último tramo de gestión, denuncia penales y señalamientos que exhibían desde la compra de inmuebles hasta concesiones del servicio público de transporte que sus ingresos junto a lo de su esposo de oficio chófer en la propia Secretaría de Salud difícilmente le hubieran permitido obtener.
Atrás quedaron los tiempos en que Ocampo Chapa exhibía modestia que le hacía ganar apoyo de la clase trabajadora que si bien le pasaba por alto su falta de cultura e inteligencia, hoy no tiene duda en reprochárselo y darle la espalda frente a un proceso de elección del comité ejecutivo seccional que debió iniciar en noviembre y concluir con el mandato de su gestión el primero de diciembre.
Como pocas veces se ha visto en este sindicato considerado blanco por el propio gobierno del estado, las protestas se recrudecieron en los centros laborales de toda la entidad y en las propias oficinas sindicales en la última semana, algo que solo había ocurrido cuando los hermanos Ángeles se rolaron la dirigencia en el siglo pasado.
A Sonia Ocampo, hoy hasta la propia Secretaría de Salud parece darle la espalda, ya no goza del respaldo del titular de esta área, como en su momento lo tuvo con Pedro Luis Noble Monterrubio y Geraldina García y en las áreas de operación política de gobierno estatal ya se habla de un inminente relevo por el bienestar de las áreas y la necesidad de mejorar el servicio.