Alberca olímpica, tablero electrónico y tribunas para más de 100 personas

La designación de Guanajuato como una de las sedes principales de la Olimpiada y única de la Paralimpiada Nacional 2012, así como la necesidad de alternativas para prevenir adicciones y delincuencia, han sido el motor para el fortalecimiento de la infraestructura deportiva en el estado.

Esta entidad, de ciudades coloniales, de atractivos artísticos y culturales, es también la número 26 en el índice de delitos por cada 100 mil habitantes, con 39.21, lejano del 107.48 de Baja California, pero también del 5. 74 con que Puebla registró la menor incidencia.

Cifras como éstas han alentado la búsqueda de alternativas, no sólo en la creación de empleos con los desarrollos industriales de ciudades como León, Silao, Salamanca, entre otras, sino de una formación integral en la que se incluye el deporte, para generar ciudadanos más comprometidos con su propio desarrollo y el de su entorno.

Con la realización de las máximas competencias deportivas en el país, Guanajuato pudo mostrar a todo México su infraestructura en la materia y particularmente los tres espacios en que se desarrollan las pruebas de la Paralimpiada.

Camino al histórico Dolores Hidalgo, Guanajuato y cerca de las minas de Valenciana, que fueron las más ricas de Continente al aportar el 30 por ciento de la plata que durante 250 años se mandó a Europa y Asia, están los complejos Macro Centro Uno y Dos, separados por un par de kilómetros, en una búsqueda de terreno propio en la zona montañosa.

Lo más destacado del Macro Centro Uno es sin duda su Centro Acuático, que cuenta con alberca olímpica, tablero electrónico y tribunas para más de 100 personas, además de una fosa de clavados, oficinas, sanitarios con adaptaciones para personas con capacidades diferentes y un gimnasio en el sótano.

Entre áreas verdes y juegos infantiles, están las canchas abiertas de futbol siete, cerca del complejo acuático y a unos 50 metros se ubica el gimnasio donde se practica el raquetbol y el squash.

El recorrido cuesta arriba rumbo al Macro Centro Dos, es muy parecido a los caminos de San Juan Pachuca o la antigua carretera a Real del Monte. Al llegar, lo primero que se puede distinguir desde la altura son los campos verdes de futbol y beisbol.

Luego de descender unos 50 metros, está un amplio estacionamiento, desde el que se contempla la parte posterior de una amplia tribuna para otro campo de futbol y una pista de atletismo con ocho carriles y sus pistas propias para saltos.

El buen nivel de algunas instalaciones contrasta con sus alrededores y en general este complejo choca en imagen con las viviendas aledañas, en las que la búsqueda del sustento se complementa con la venta de refrescos, golosinas y algunos alimentos a los visitantes.

Al otro lado de la ciudad, justo en la entrada desde la Ciudad de México y cerca diversas oficinas gubernamentales de la entidad y federales, está el Polideportivo, que cuenta con cuatro gimnasios, cada uno con sus respectivas tribunas, para la práctica de futbol de sala, baloncesto, voleibol y por supuesto artes marciales y tenis de mesa.

En el sótano del segundo edificio hay un gimnasio con modernos aparatos de ejercicio y todo entre rampas para facilitar el acceso de personas con capacidades diferentes y rodeado de jardines y bancas para el descanso o el juego de los menores.

El acceso al Polideportivo contrasta con su amplitud y modernidad, pues hay un tramo de terracería y que se reduce a un carril, por lo que en plena pendiente, ya sea el vehículo que sale o el que entra, tienen que esperar y aún cuando la calle se hace más amplia rumbo a la carretera Guanajuato – Silao, los autos estacionados a uno y otro lado dificultan el tránsito.

Además de estos complejos, la infraestructura deportiva guanjuatense, tan sólo en su capital, incluye instalaciones de su Universidad estatal, la Unidad Deportiva Torres Landa, Auditorio La Colmena, Deportiva Ferrocarril, clubes privados, entre otras.

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