Asegura el investigador y académico de la máxima casa de estudios del estado, Francisco Patiño Cardona, que es imposible limpiar de arsénico el agua que se consume en el municipio de Zimapán y que ha sido trasvasada a las comunidades de la zona limítrofe del vecino estado de Querétaro, a través del Acueducto II, lo que pone en alto riesgo la salud de los pobladores,
Añadió que lo anterior se debe a que el agua rebasa hasta 3.5 veces la cantidad de arsénico establecido en la norma oficial, “La norma mundial marca 0.010mg/l de arsénico en el agua que se toma, la norma nacional marca el 0.025 mg/l en ese lugar, es 3.5 veces superior”.
De igual manera manifestó que Zimapan por su condición orográfica mantiene de manera natural graves problemas de contaminación de arsénico en sus mantos freáticos, por lo cual fue necesario que el año pasado la alcaldía encabezada entonces por el perredista José María Lozano, pusiera en marcha una planta potabilizadora con asesoría de investigadores de la UNAM.
Aseguró que se mantiene investigaciones sobre el arsénico, ya que una la planta no garantiza la limpieza del agua, porque no sólo tiene contaminación de arsénico, sino también de plomo, pero es imposible que con esa planta que trabaja en el municipio el agua este apta para el consumo humano, ahí hay un alto riesgo de enfermedades como gangrena y cáncer entre otras enfermedades graves.
El investigador de la UAEH, aseguró que la tecnología que existe en el mundo es prácticamente prohibida debido a los altos costos que son millones de euros, “un municipio como Zimapán o cualquier otro en el país, está imposibilitado de poder tener acceso a esta tecnología, no hay prácticamente nada que hacer en este caso, a menos que el gobierno establezca una política nacional para proteger a los pueblos afectados con este problema como es Zimapán y la zona de la Laguna”.
Finalmente señaló que el problema con la planta implementada en el municipio es que los lodos que se extraen no son depositados en un lugar adecuado, por lo cual el metal regresa nuevamente a los mantos freáticos y con ello se da nuevamente un ciclo de contaminación. En Zimapán en 1996 fue clausurado un pozo en la comunidad de El Muhi, al detectarse la presencia de arsénico en 40 veces a la norma oficial.