Lo negativos que hasta ahora tiene el gobierno estatal por las medidas que asumió desde que inició la pandemia por covid-19, tiene que ver más con la falta de sensibilidad y creatividad del equipo de funcionarios y colaboradores que acompañan al ejecutivo estatal, que con las propias normas y decretos.

Entre estos,  debe anotarse a quienes se encuentran en la Secretaría de Transporte, Procuraduría General de justicia del Estado, Comisión Estatal contra Riesgos Sanitarios, Secretaría de Turismo por señalar los más notorios en las últimas semanas.

Los funcionarios de transporte y movilidad parecen empeñados en equivocarse a diario, con aseguramientos y operativos que confrontan a operadores y usuarios, que generan tensión en un momento en donde lo que se requiere es atención y capacidad de diálogo.

Intentan engañar al propio ejecutivo con tarjetas informativas fuera de realidad y evitan ponerle en la mesa los casos críticos como el de la discriminación que sufre personal médico en unidades del transporte o la falta de solidaridad de los Zar´s del transporte o los actos de corrupción que dicen, comenten inspectores en tiempos de Covid.

Y en la Procuraduría General de Justicia, les faltó  la creatividad que al parecer a otros estados vecinos como Puebla, Estado de México o Ciudad de México, les sobró para mantener la operación total de sus diferentes áreas para garantizar el tan llevado y traído acceso a la justicia plena que tanto pregonan, y en la acción diaria limitan.

No se inician carpetas de investigación por delitos como fraude, despojos o bien, se tienen que trasladar 40 kilómetros  a la agencia del ministerio público más cercana porque la del municipio de Tlaxcoapan fue cerrada, una contradicción en tiempos de limitar la movilidad.

La Comisión de Riesgos Sanitarios parece moverse más por intereses económicos que por apoyar el llamado de las autoridades de salud a frenar los contagios, hace oídos sordos a denuncias de operación de empresas con personal ya contagiado de covid-19, pero eso sí, empeñado en clausurar empresas grandes para luego  tener negociaciones y levantar restricciones, como una de fabricación de tubería que llegó a amparos federales.

Y de turismo su inmovilidad y pánico son sobresalientes frente al daño de un sector que está gravemente afectado en lo económico por las restricciones. Con estos funcionarios “aliados” para que quieren adversarios en Plaza Juárez.

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