La descomposición interna del Partido Revolucionario Institucional (PRI) en Hidalgo, pasó de la disputa interna de espacios y el control de la dirigencia estatal, a las acusaciones de corrupción con el uso de la bandera morenista de la “estafa siniestra” y presuntos desvíos del financiamiento público, que amenazan con llevar hasta las instancias judiciales.
Tanto Carolina Viggiano como Omar Fayad, movieron sus piezas en el tablero de sus propios intereses, la primera por tratar de minimizar la desbandada y descalificar a los que se van con la acusación de “traidores y corruptos” y el segundo, por descomponer lo que quedaba de oposición bajo el argumento de la falta de democracia interna e imposiciones.
Por separado utilizaron a sus seguidores y en un proceso inédito, donde no les importaron las formas que siempre dijeron cuidar para no exponerse públicamente, lanzaron sus misiles que desde junio del año pasado se habían guardado.
Hoy ya no fue necesario utilizar la frase que acuñaron durante décadas de “fuego amigo” para referirse a las acusaciones y señalamientos que hacían sin dar la cara, simplemente abrieron el telón y se lanzaron unos con otros y llegaron al grado de utilizar las banderas de sus adversarios como la estafa siniestra, para referirse a los alcaldes que renunciaron.
Algunas versiones afirman que, hubo presiones a los presidentes municipales para que renunciaran, los amagaron con supuestas auditorias y a otros más, les sacaron los errores de la cuenta pública, hubo quienes enviaron los mensajes que recibieron desde el Congreso local, donde afirman, se impulsó la operación renuncia.
Del otro lado, también exhibieron conversaciones donde les advertían que su salida significaba quedarse sin el cobijo de una fuerza política que los respaldará para el tramo que les quedaba o el impulso de sus proyectos municipales.
En medio de todo el escenario de confrontación, la secretaría general priista Carolina Viggiano, decidió imponer en la dirigencia estatal, al diputado federal Marco Antonio Mendoza Bustamante, lo que parecía darle la razón al último ex gobernador priista sobre los motivos de la salida de su grupo.
Hoy a más de una semana de la crisis que inició justamente el originario de Zempoala, las cosas no terminan, los señalamientos son permanentes y lo que hasta hace un año se abrazaban en “unidad”, hoy están enfrascados en demostrar quién es más corrupto y nadie parece detener la caída en picada de la que hasta hace unos días, era la segunda fuerza política en el estado.
De mi tintero… Por cierto, en medio de la crisis y complicaciones, todo indica que el nuevo dirigente estatal priista, Marco Antonio Mendoza, está listo para operar las cinco estaciones de radio en la frecuencia de A.M., que obtuvo desde el inicio de este año…En morena por cierto, eso de la congruencia no es precisamente lo suyo, pues en las giras que han tenido tres de las cuatro principales “corcholatas” al estado, funcionarios del gobierno estatal, han hecho sus apariciones en horario laboral y en privado, por aquello de no “violentar” sus reglas democráticas, lo que no se sabe es sí van por mutuo propio o enviados por su jefe.